miércoles, 25 de agosto de 2010

Sin NaDa qUe LaMenTaR




La gente muere todo el tiempo. Es de las pocas cosas de las que estoy segura.


Aquella noche que te besé, lo hice por que sabía que me arrpentiría de no hacerlo. Dejar ir tus labios así como así era algo que no iba a permitirme.

¿Y sabes qué? No me arrepiento. Por dios...¡jamás lo haré!

Cada orgasmo a tu lado me hizo sentir que cualquiera de nosotros podría morir en ese momento...

Sin nada qué lamentar.

Puedo morirme ahora mismo. Estoy feliz :)

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jueves, 19 de agosto de 2010

Meretriz...


"-...la ley es una meretriz que sólo sonríe a los que echan mano al bolsillo con mayor rapidez.

-Pues no debería ser así- contestó Marco con terquedad.

Scaevola alzó las manos y puso los ojos en blanco.
-¡Es la vida! -exclamó- ¿Quién soy yo, quién eres tú para oponernos a ella? ¡Qué imbécil eres! Retírate al desierto o vete al río Indo a contemplar tu ombligo. No sirves para abogado.

-Pues sí sirvo. (…) Si no tuviéramos leyes seríamos como las bestias.

-Ese es el quid de la cuestión -le contestó el viejo- Que somos como las bestias
(...) es posible que si no fuera por que aún respetamos en algo las leyes, viviríamos sumidos en el caos, pues es preferible una meretriz que se entrega por dinero, a carecer de mujer."

“He tenido todas las diversiones de que un hombre puede gozar en la vida y sigo disfrutando de ellas. Excepto una: jamás he visto a un abogado honrado -y se echó a reír a carcajadas."

Ja,ja,ja, ese Scaevola, me cayó tan bien...

Nota: Extracto de la novela "La Columna de Hierro", de Taylor Caldwell, sobre la vida de Marco Tulio Cicerón. ¡Está muy buena! Obvio, como era constumbre en Roma, al final muere asesinado... (XD, jajajaja, ya les arruiné el final...pero no aplica tanto en novelas históricas)
Taylor Caldwell es la autora favorita de mi mamá, de ella heredé los libros, y era mi heroína cuando yo tenía 12 años, pues su primera novela, "La leyenda de Atlántida", la escribió a esa edad, DICEN que durante un trance...

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martes, 17 de agosto de 2010

¡Ahí no se toca!



Es común ver que a los niños pequeños les gusta tocar sus órganos sexuales. Yo lo hacía. Al darse cuenta la madre o el tutor, el chiquillo recibe un pellizco o un golpe en la manita, y escucha cosas como: "¡Malo!", "¡Eso no se hace!" o "¡Ahí no se toca!"
De esta forma, las personas vamos desarrollando un sentimiento de culpabilidad relacionado con todo aquello que tiene que ver con nuestros órganos sexuales, y con la sexualidad en general; alimentado constantemente con la censura social, desarrollamos una perspectiva torcida respecto a uno de los aspectos más naturales de nosotros mismos.

A la mano la llamamos mano, y a la cabeza, cabeza si necesidad de sentirnos avergonzados...pero hay algo que nos hace llamar a la vagina y al pene con nombres ridículos como "aquellito" o "Pancho", y hacer mención al acto sexual también cae en lo absurdo y penoso, porque nos da vergüenza decir las cosas sin eufemismos ni tapujos...porque así hemos sido enseñados. Por otro lado, están también quienes tratan de sublimar la sexualidad humana para sentirse superiores al resto de los animales, tratando de justificar el acto de apareamiento con algo que va más allá del "mero placer".

El sexo nos parece chistoso, lo vemos de broma... nos han enseñado que es algo sucio, prohibido, o algo demasiado especial, y por ello llega a veces a resultar más atractivo todavía... pero debido a que el sentimiento de culpabilidad se queda en lo que cierto sujeto llamó el "Súper-yo" (donde está nuestra conciencia, y quien nos avisa cuando tenemos deseos "sucios" o "impropios"), muchas personas arrastran con él toda su vida, y se encuentran ante un conflicto entre el placer y la culpa, impidiéndose disfrutar este aspecto de su vida.

Por lo general, si tenemos deseos o fantasías que resultan intolerables al "súper-yo", a nuestro estado consiente, las empujamos al sótano, al subconsciente, para que se aparten de nuestra vista; las reprimimos. Para algunos, este acto representa tal esfuerzo, que les provoca enfermedades nerviosas. En otros, éstos resurgen como patologías dignas de personajes como Albert Fish o Ed Gein. (creo que es un ejemplo soso, no es que que tu represión sexual esté intrínsecamente relacionado con el que te conviertas en violador o asesino serial...aunque en el caso de Ed Gein podría ser... ;P)
Tuve un amigo que no era capaz de masturbarse porque sentía que con ello ofendía a dios, por que en la escuela dominical le enseñaron que era malvado (con una base bíblica que aludía más bien al coitus interruptus, pero alguien mal interpretó y usó en su contra) Pobre sujeto, tenía una necesidad biológica inherente y la culpa lo mataba. Lloraba por esa lucha entre su culpa y su necesidad.
Personas que no se sienten cómodas con su cuerpo desnudo. Hombres que no tocan a sus esposas por que las ven como una figura pura e inmancillable, y único objeto de apareamiento y amor, así que prefieren tener una amante para desahogar sus deseos "sucios" y dejar inmaculada a la madre de sus hijos. Mujeres que en su vida han visto su propio clítoris o que tendran sexo si jamás sentir placer... ese tipo de cosas no arruinarán siempre vidas, pero sí mantienen una tensión constante en el individuo que podría evitarse y hacerlos menos miserables :D

La imagen que está arriba es de una peli que vi hace poco titulada “Diario de una ninfómana”, basada en la autobiografía de Valérie Tasso, está botanera, y me encantó la portada. No apta para menores de 18 años.


Nota: Ya sabes que no me interesa –reafirmo una vez más- convencerte de nada. Tampoco me interesa juzgar la represión social sobre el sexo, podría ser que nos ayuda a mantener cierto orden... no sé...a veces sólo escribo lo que me pasa por la mente, no pretendo tener la razón.

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